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El aceite de oliva, en especial el aceite de oliva extra virgen, contiene muchas propiedades benéficas para la salud. Esto es porque es una buena fuente de grasas monoinsaturadas que pueden ayudar a reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y diabetes (Zeratsky, 2020; Leech, 2018). 

 Lo que probablemente no sabe todo el mundo es que hay diferentes tipos de aceite; todos provienen del olivo, solo presentan algunas diferencias en cuanto a su elaboración y calidad (Directo al Paladar, s.f.).

A continuación, te invitamos a conocer más sobre el aceite de oliva extra virgen y los diferentes tipos de aceites de oliva que existen.

Aceite de oliva extra virgen: diferencias con otros tipos

¿Cuál es la diferencia entre el aceite de oliva extra virgen y los demás aceites de oliva?

AOVE o Aceite de oliva extra virgen

El aceite de oliva extra virgen o también conocido como AOVE es el aceite de mayor calidad. Este conserva intacta todas sus características y propiedades al ser hecho con el zumo puro de las aceitunas. Además, se elabora mediante métodos naturales y nunca se utilizan aceitunas caídas al suelo o golpeadas (Gunnars, 2019; El Español, 2020).

Una de sus principales características es que su acidez es baja, la cual no debe sobrepasar los 0.8 gramos por cada 100 gramos (El Español, 2020). Por esta razón, el AOVE es rico en antioxidantes fenólicos, que están relacionados con la prevención de enfermedades del corazón, de diferentes tipos de cáncer y del envejecimiento prematuro (Gunnars, 2019).

Aceite de oliva virgen

El aceite de oliva virgen se hace de la misma forma que el aceite de oliva extra virgen; también se extrae directamente de la oliva por métodos naturales. Sin embargo, la aceituna utilizada es muy madura y/o ha sufrido condiciones adversas. Por esto sus diferencias son bastante sutiles (El Español, 2020).

En general, su acidez es un poco más alta que la del AOVE, pero sin superar el 2%. En todo caso, las propiedades organolépticas son tan parecidas con el aceite de oliva extra virgen que pueden confundirse.  Es decir, es el mismo, pero con algún defecto en el olor o sabor (Gottau, 2019). 

Aceite de oliva 

El aceite de oliva no está hecho solo de aceitunas. Para hacerlo, se utilizan las aceitunas de menor calidad y se mezcla con una pequeña cantidad de aceite de oliva extra virgen (Hatanaka, 2020).

Además pasa por un proceso de refinado donde se utilizan procedimientos térmicos y químicos.  En este se elimina el color, el sabor y gran parte de sus propiedades orgánicas y antioxidantes. Como resultado el aceite dura más y puede ser calentado a altas temperaturas. Además de ser un gran alimento energético (Hatanaka, 2020). 

Aceite de orujo de oliva 

El tipo aceite de orujo de oliva es de menor calidad que el aceite de oliva extra virgen. Se realiza con todo lo que queda de la fruta al ser exprimida; la pulpa, la piel y el hueso de las aceitunas (Mancebo, 2020). 

Por otro lado, su composición lo hace rico en ácido oleico y en compuestos bioactivos como escolenos y alcoholes triterpénicos. Estas propiedades lo hacen un mejor aceite para fritar y con más beneficios que otros de origen vegetal (Mancebo, 2020). 

Y aunque los otros tipos aceites de oliva sigan siendo saludables, el mejor de todos y el que tiene más propiedades para la salud es el aceite de oliva extra virgen (Leech, 2018). Ahora que ya conoces sus diferencias y sabes cuál es el aceite de oliva que más te conviene, ¿estás listo para incluirlo en tu dieta?

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