Aceite quemado: por qué no reusarlo para cocinar | Gourmet®

Volver a cocinar con el aceite quemado suele ser una práctica habitual en algunos hogares, incluso cuando el aceite llega a adquirir un tono oscuro. Se trata de una costumbre heredada y muchas veces motivada por una necesidad de ahorro.

Pero el problema radica en que los aceites de cocina pierden sus propiedades cuando son sometidos a altas temperaturas (Morato, 2017). En este artículo, te contamos tres razones por las que debes evitar cocinar con el aceite quemado y cómo identificar el momento en que debes reemplazarlo.

Aceite quemado: por qué no reusarlo para cocinar

3 razones por las que no deberías cocinar con el aceite quemado

1. Puede tener compuestos dañinos

El aceite es un producto vivo que se degrada cuando se eleva a temperaturas que superan su punto crítico, que es cuando comienza a humear. Esto hace que sus ácidos grasos se conviertan en compuestos poco saludables al reaccionar con el oxígeno (Morato, 2017).

Uno de ellos son los aldehídos tóxicos, los cuales están relacionados con la presencia de diversos tipos de cáncer y enfermedades neurodegenerativas como el Alzhéimer o el Parkinson (Cuídate Plus, 2012; Morato, 2017).

Existen varias causas que provocan la degradación del aceite de cocina. Una de ellas es la elevación de la temperatura por encima del punto crítico de cada tipo de aceite que, por lo general, está más allá de los 200 ºC. También, el tiempo prolongado de fritura, el exceso de alimento y los restos de ciertos productos, como empanados o rebozados (Consumer, 2016).

2. El aceite quemado pierde sus propiedades

La temperatura ideal de cocción debe estar comprendida entre 165 y 180 °C. Cuando el aceite alcanza temperaturas mayores, puede comenzar a perder sus propiedades culinarias y nutricionales (Consumer, 2016).

Y es que utilizar aceite quemado para cocinar dará como resultado frituras de baja calidad. Esto se hará evidente en la textura, el color y el sabor de tus alimentos. Además, puede hacer que tu comida se queme por fuera y quede cruda por dentro (Consumer, 2016).

Por otro lado, el aceite quemado pierde sus propiedades nutricionales. La recomendación es que utilices aceites con gran cantidad de ácidos grasos insaturados, ya que, por la presencia de grasas monoinsaturadas —como las presentes en el aceite de oliva —, son más estables y nutricionalmente buenas (Ramírez et al. 2014).

3. Puede afectar tu salud

Cuando es reutilizado, los compuestos tóxicos que surgieron de la degradación del aceite pueden impregnarse en tus alimentos cocidos. En consecuencia, pueden ingresar también en nuestro organismo (Escuela de Alimentación, 2015).

Ten en cuenta que las grasas trans que se producen en la cocción con aceite quemado pueden aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y de diabetes. Esto se debe a que provocan un incremento en sangre del llamado colesterol “malo” o LDL (Mayo Clinic, 2020).

¿Cómo cuidar la cocción y evitar el aceite quemado?

Cuando estés cocinando, vigila que el aceite comience a humear, pues es justamente en ese momento cuando comienza la formación de sustancias tóxicas (Consumer, 2016).

Ten en cuenta que, a pesar que el aceite no se queme durante la cocción, lo recomendable es no reutilizarlo en otras preparaciones (ICBF y FAO, 2018).

Así que, para evitar problemas de salud y un mal resultado en tus preparaciones al cocinar, lo mejor es reciclarlo por medio de iniciativas como Manos Verdes® que pueden darle un segundo uso lejos de las cocinas.

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Ahora que sabes por qué no debes cocinar con aceite quemado, puedes tomar control para cuidar tu salud y hacer que tus preparaciones queden con el sabor y la textura perfecta.

BIBLIOGRAFÍA.

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