“Donde hubo humo, toxinas quedan”
Estamos de acuerdo en que los aceites no son malos, ¿cierto? Lo que puede estar mal es cómo se usan a veces en la cocina. Sí, sabemos que cocinar es algo intuitivo pero, por tu bienestar y el de tu familia, no está de más que conozcas algunos tips de cocina. Por ejemplo, que todos los aceites tienen un punto de humo.
Este es un término que se refiere a la temperatura en la que los aceites empiezan a descomponerse y producen humo, alterando sus propiedades y disminuyendo su valor nutricional, al liberar toxinas potencialmente nocivas para tu salud.
Cómo identificar el punto de humo de cada aceite:
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Aceite de coco: 232°C
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Aceite de girasol: 232°C
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Aceite de aguacate: 271°C
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Aceite de canola: 107°C
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Aceite de canola refinado: 204°C
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Aceite de canola semi refinado: 177°C
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Aceite de oliva: 238°C
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Aceite de oliva virgen: 216°C
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Aceite de oliva extra virgen: 160°C
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Aceite de soya: 160°C
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Aceite de soya refinado: 232°C
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Aceite de soya semi refinado: 177°C
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Aceite de palma: 230ºC
Sin embargo, aún en los aceites con un punto alto de humo lo ideal es que la temperatura no exceda los 110°C. Así se puede garantizar que sus propiedades se mantengan.
Con los aceites que tienen un punto de humo bajo puedes sazonar o preparar ensaladas y aderezos. En cambio, utiliza los aceites de punto alto para saltear, freír y asar tus alimentos. Te puede interesar: Un buen aceite te permite hacer cosas increíbles. Sólo tienes que cuidar la temperatura
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Recuerda que si un aceite humea es porque alcanzó su punto máximo de humo y se puede volver tóxico. Lo mejor es que controles la llama, vigiles el tiempo de cocción y así evitarás que esto te pase.
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Si les das un buen uso a los aceites, además de obtener energía, tendrás múltiples beneficios para tu salud y la de tu familia. AQUÍ te contamos cómo sacarle provecho a sus propiedades.