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Una dieta balanceada juega un papel importante en el desarrollo y bienestar general de las personas; así lo demuestran numerosos estudios (Barquera et al., 2001; Albornoz & Pérez, 2012; López et al., 2016; Cervera et al., 2013). Y aunque no seas consciente de ello, puede que en ocasiones caigas en malos hábitos alimenticios que propicien el desarrollo de enfermedades crónicas, entre otras consecuencias (Morales, 2019).

A continuación, te vamos a mostrar 7 de estos malos hábitos alimenticios comunes y qué hacer para no caer en ellos de nuevo.

7 malos hábitos alimenticios que debes evitar

Los malos hábitos alimenticios que debes evitar y corregir

1. Comer rápido

Este es uno de los malos hábitos alimenticios más frecuentes y, aunque no parezca, comer rápido puede tener consecuencias en el organismo. Como efecto inmediato puedes presentar indigestión y llenura.

A mediano plazo irás ganando peso y a largo plazo, podrías sufrir del síndrome metabólico (Yamaji, 2017). Para comer más despacio intenta dejar los cubiertos a un lado, hablar con alguien o tomar pequeños sorbos de agua entre bocados.

2. No tomar suficiente agua

Otro de los malos hábitos alimenticios más frecuentes es no tomar la suficiente cantidad de agua. El cuerpo necesita al menos 2 litros para funcionar correctamente. Según Mayo Clinic (2018) tener sed es una señal de que el cuerpo está deshidratado, por lo que no hay que esperar para tomar agua.

Para esto, prueba cargar con una botella de agua todo el tiempo o fijar horarios, de esta manera vas a recordar tomar frecuentemente.

3. Realizar prácticas de ayuno no supervisadas es uno de los malos hábitos alimenticios más comunes

Cuando te saltas alguna de las comidas principales el cuerpo entra en una fase de ayuno. Hacerlo de forma desordenada o sin supervisión médica puede hacer que el metabolismo se vuelva más lento y, por lo tanto, estimular la producción de azúcar en la sangre.

En consecuencia, en lugar de construir músculo, lo descompondrá (Morales, 2019).

Por eso, si ayunas, es importante realizarlo de forma planificada y con supervisión médica, así como se hace, por ejemplo, en el ayuno intermitente. Asimismo, es importante mantener una buena alimentación luego de completar el ayuno.

Pon alarmas y asegúrate de comer un desayuno o almuerzo saludable según corresponda (Morales, 2019).

4. No incluir todos los grupos alimenticios

Uno de los malos hábitos alimenticios más comunes es prescindir de algunos alimentos. Recuerda que una alimentación balanceada debe incluir cereales, frutas, verduras, proteínas y, por supuesto, grasas.

Cada alimento proporciona nutrientes esenciales que el organismo necesita para desarrollar todas sus funciones. Esto también significa estar saludable y reducir la probabilidad de desarrollar enfermedades (FAO, s.f.).

5. Comer mucho dulce

Sí, los dulces son ricos, pero evita comerlos en grandes cantidades y a todas horas. Estos aportan azúcar al cuerpo que te hará aumentar de peso y tener un alto riesgo de desarrollar diabetes y enfermedades cardiovasculares.

A su vez, trata de ingerir uno cada día. Y si es muy tentador para ti, escóndelos o puedes cambiarlos por unas onces saludables que tengan frutas y agua.

¡Ojo! Las gaseosas y otros refrescos también tienen azúcar, por lo que deberías reducir su consumo (Morales, 2019).

6. Comer muy tarde y pesado, uno de los malos hábitos alimenticios que puedes corregir

Trata de cenar ligero y como mínimo dos horas antes de dormir, pues de lo contrario podrías desarrollar problemas digestivos que te impedirían dormir bien.

Una cena ligera ayuda a que el cuerpo no tenga que trabajar en la digestión mientras duermes (Morales, 2019).

7. Abusar de la comida rápida

La comida rápida es rica y una opción para cuando no se quiere cocinar o no estás en casa. Sin embargo, abusar de ella puede convertirse en otro de los malos hábitos alimenticios que no hacen bien al cuidado del cuerpo.

Este tipo de comida es bajo nutrientes y en grasas saludables, por lo que favorecería el aumento del colesterol LDL (o “malo”) y el riesgo de presentar hipertensión, diabetes, sobrepeso, obesidad y enfermedades cardiovasculares.

Incluso, su exceso se ha asociado con el desarrollo de cáncer. No es que las dejes de comer, sino que reduzcas su consumo a ocasiones esporádicas o festivas (Gómez, 2018; Fiolet et al., 2018).

Ahora que ya conoces cuáles son los malos hábitos alimenticios, puedes tomar acción y empezar a mejorar tus hábitos.

Este es tu camino para llevar un estilo de vida saludable que le hará bien a tu cuerpo y mente.

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